E.

Tengo 16 años y voy a una escuela semi privada en La Plata. Hace ya unos meses estamos intentando, con mis compañeras, de que el uniforme del colegio cambie del actual pantalón de buso a una pollera, porque todas acordamos en que nos gusta más. El colegio no nos deja hacerlo, porque anteriormente, cuando el uniforme tenía pollera, las chicas se la levantaban demasiado y en las escaleras los chicos y los PROFESORES estaban tentados a mirarlas. Y no es solo esto, sino que le planteamos a la profesora encargada de nuestro curso lo que queríamos hacer, y lo que dijo que “no les van a dejar cambiar el uniforme. Entiendan que los chicos no son de madera”.
La verdad, me parece increíble que este sea el ejemplo que nos dan. Nos están diciendo que es nuestra culpa si un chico o un profesor (repito: pro. fe. sor. Persona adulta que no tiene porque sentirse atraído hacia menores!!) nos espía debajo de la falda. Están sexualizando nuestro cuerpo y ni siquiera tenemos 18 años. Les están diciendo a los chicos que por ser varones tienen el derecho a mirar y espiar a una chica si está “mostrando mucha piel”. Estoy harta de que me traten como un par de piernas y un culo. No es raro, viniendo de una escuela católica. Pero me hace sentir mal y debería incomodarle a todos. Sin embargo, el comentario de esa profesora pasó desapercibido y a mí me toman como la loca feminista. Bien ahí, sociedad.