Estoy enamorada de mi novio. Pero me duele mucho cada vez que discute cualquier defensa por los derechos de las mujeres como el lenguaje inclusivo o que abrir puertas a mujeres sea algo que una mujer puede no tolerar y negarse a aceptar, o decir que las cocineras son unas chismosas y no hacen trabajo tan duro como los hombres y que las únicas mujeres que deberían contratar en la cocina tienen que tener “comportamientos masculinos”. No es que me duela, perdón, me quema y me frustro. Me pregunto ¿qué hago con un tío que piensa así? Me frustra sentir que un hombre que me trata bien, que puedo compartir cosas con él aún tiene una parte totalmente podrida de machismo y yo tenga que elegir entre aguantar tantas sandeces o mandarle a tomar vientos. Es igual que cuando tu madre te dice “no hables en público de la regla” o tu padre te dice que pareces lesbiana porque no cumplo con su estándar de moda para mujer heterosexual.
Y en estas diatribas emocionales nos encontramos una y otra vez las mujeres que vivimos en esta sociedad donde o tragas mas o tragas menos. Pero tragar tragas. Lo odio, me siento cobarde y asustada.

























